¿Conoces la expresión “embalaje automático”? Esta locución hace referencia a la inversión que están haciendo las empresas para utilizar la amplia gama de tecnología que existe en la actualidad con el fin de automatizar la línea de embalaje.
Gracias a este método, se disminuye la intervención humana. Pero, ¿es eso realmente una ventaja? ¿Merece la pena dedicar buena parte de los efectivos económicos para sustituir un proceso manual que a priori funciona bien?
Mediante este artículo te contamos qué nos convence a nosotros de que es la mejor opción.
Ventajas del embalaje automático
Primero, destacamos que el embalaje automático impide los llamados errores humanos. Al fin y al cabo, se trata de robots que actúan en conjunto para tener mayor precisión al embalar. Esos robots no son más que enfardadoras, precintadoras, retractiladoras y flejadoras que funcionan en armonía.
También hay que subrayar la rapidez del proceso, pues logran duplicar y hasta triplicar el ritmo habitual de trabajo. Sabemos que en el entorno industrial el tiempo es dinero. Como consecuencia, supone un ahorro significativo para la empresa y maximiza la ganancia por artículo.
Otra de las ventajas -quizá menos conocida- tiene que ver con el tamaño de los paquetes. Hoy en día se usan embalajes con una capacidad mayor a lo requerido. ¿En qué se traduce este hecho? Sobre todo, en aumento de costes. Primero, el paquete debe protegerse con rellenos extra para mantener intacta la mercancía. Después, lo que cuesta almacenar y transportar paquetes grandes se infla de forma irremediable.
En cambio, el embalaje automático permite encontrar soluciones alternativas. Por ejemplo, una de ellas es valerse de envolvedoras para crear envolturas de plástico retractilado que eviten el uso de otras clases de paquete.
Aunque existen más beneficios, ¿qué te parece si los charlamos personalmente? Ven a visitarnos o contáctanos para saber cómo el embalaje automático puede transformar las ganancias de tu empresa.